martes, mayo 30, 2006

Volver

A veces siento que vuelvo pero…
¿A dónde siento que vuelvo?
Los lugares donde estuve ya no existen,
desaparecieron junto con mis pasos.
Todos esos lugares que me trajeron hasta aquí,
dejaron de ser cuando me fui,
y al dejar de ser, ya nunca fueron.

A veces quiero volver pero…
¿Quién quiere volver?
Ese que antes estuvo allí ya no existe,
desapareció junto con el tiempo.
Ese ser que era antes dejo de ser,
para que yo sea hoy el que escribe,
y al dejar de ser, ya nunca fue.

Esto será siempre así.
Hasta que muera,
hasta que mi mundo
se detenga en un punto, en un instante.
Y entonces dejare de ser,
pero nadie será en mi lugar,
y ya nunca habré sido…

Volver no existe.
No hay donde volver.
No hay quien vuelva.

Niño - libro

Un niño cansado, acostado en su cama,
hora de la cena, llamado a la mesa
-Ya voy- mirada seria, reclama silencio.
Un niño en su cama, un libro en sus manos.
El niño descubre
que las letras llenan palabras
las palabras llenan hojas
las hojas llenan libros
y los libros lo llenan de ideas.

Un niño en su cama, un libro en sus manos.
El niño se olvida de aquello que obliga
(interminables deberes).
El niño se olvida de los despistes que retan
(ropa manchada, lápices perdidos)
El niño se olvida del juego inconcluso
(gran lío en el piso).

Un niño lee y se siente grande,
aunque no sea cierto.

Un niño en su cama, un libro en sus manos.
Un niño que duerme, un libro en la almohada.

martes, mayo 23, 2006

Mi subsuelo

Si apartamos la vista del empapelado,
los cuadros, los adornos y las rajaduras de la pared,
podemos ver en un rincón una pequeña puerta oculta.
Si nos atrevemos a abrirla vemos una escalera que conduce al subsuelo,
bajamos con cuidado (no está muy iluminado)
y nos encontramos con una habitación espaciosa.
Allí abajo sentimos una enorme sensación de encierro,
pareciera que nadie ha entrado ahí nunca.
Allí abajo la única luz es la de la luna, que se cuela por un pequeño ventiluz.
Allí abajo todas las cosas están desordenadas o existe un orden imposible de descifrar.
Allí abajo, en el suelo, hay gran cantidad de libros, sin nombre ni autor, que nos dificultan el paso.
Allí abajo hay un enorme ropero acerrojado, que parece ocultar algo importante, si logramos romper la cerradura, solo encontraremos un montón de botellas, la mayoría vacías, unas pocas sin abrir.
Allí abajo hay un viejo escritorio con cien cajones, solo uno está abierto, si nos asomamos podemos ver una hermosa lapicera plateada, nueva, casi sin usar, y una pila de hojas en blanco.
Allí abajo hay una cama antigua, bastante destartalada, pero de gran valor.
Allí abajo hay un espejo en el que nadie se ha mirado.
Allí abajo hay una espada manchada con sangre.
Allí abajo hay una guitarra completamente desafinada.
Allí abajo hay un cofre que atesora mil juguetes.
Allí abajo hay monstruos y dragones.
Allí abajo hay secretos, misterios, enigmas.
Allí abajo hay tantas cosas que solo encuentro vacío.
Por eso les pregunto:
¿Para que bajar a ese cuarto?
Si la vida está arriba

Carta al azar III

Jugué con mi cobardía y lo deje todo en tus manos
Resultaste ser tan predecible.
“Todo es como debe ser” Aun lo creo, pero me duele.
Tu devoto te maldice, quizás más adelante te bendiga,
Pero esta carta esta escrita hoy, con la voz en llamas.
Sabes que no me rindo, me conoces, pero también sabes quien me domina
Conoces ese parasito que habita en mi.
No puedo sentirme, apenas puedo escribirte.
¿Acaso estoy regresando? ¿Vuelvo a caer? ¿Tantos pasos en vano?
O quizás esto es solo una ilusión creada por ti, para mostrar tu poder.
En ese caso debes ser más cruel de lo que esperaba, o más poderoso.

No puedo dejar que mi tristeza hable por mí, no puedo rendirme:
Estoy aquí por que elegí esta ruta, se que no es la mas fácil,
pero en el camino encontré una flor de indescriptible belleza,
y al contemplarla mi corazón domino mi ser,
solo pude caminar y adentrarme en este bosque
del que no puedo salir.
La flor quedo atrás, hoy solo veo troncos putrefactos,
me pregunto: ¿Debo buscar esa flor? ¿O debo seguir adelante?
¿Habrá otra flor más bella?
Dudas…

Querido y odiado Azar:
Me alejo de ti para enfrentarme a mi mismo,
pero…
¿Cuándo será el momento correcto?
¿Hoy?
¿Mañana?
¿O ya es tarde?

Palabras

Escribí mil frases en mi cabeza
pero el viento me golpeo duro
y las olvide todas, sin remordimientos.
Las palabras son hermosas y curan el alma.
Pero en la noche, cuando dormimos,
son solo palabras,
son solo un reflejo de lo que realmente es…

Ayer fue extraño

Ayer le dije te amo a una causa perdida
Ayer le dije te amo a una historia sin sentido
Ayer le dije te amo a un camino sin destino

Pero también…

Ayer le dije adiós a un cuerpo ardiente
Ayer le dije adiós a un abrazo seguro
Ayer le dije adiós a una boca que era solo mía

Ayer fue un día extraño
Ayer fue demasiado
¿Qué puedo decir?
¿Me siento bien?
¿Me siento mal?
No importa.
Me siento.

Elijo luego existo.
Aciertos…
Errores…
¿Qué más da?
La vida es solo una coincidencia de casualidades.

domingo, mayo 21, 2006

Sin aire

Caminaba helado en la noche
mientras sus llagas supuraban dudas.
Soportaba el rocío entrecerrando sus ojos
y cerrando su mente a la tierna idea de la renuncia.
El humo salía de su boca bailando con el viento,
las lagrimas se secaban en su dolorido rostro,
mientras las hojas amarillas seguían cayendo de los árboles a su alrededor,
todo parecía derrumbarse a su paso.
Su propia caída era inevitable, ese otoño no solo las hojas caerían.
Los días se volvían más cortos, al igual que sus pasos.


Cuando el invierno llego el humo ya no salía de su boca
pero aunque lo extrañaba, el aire ya no era gratis.
La renuncia era un hecho, pero su nueva batalla no era fácil,
sus fuerzas estaban diezmadas y arrepentirse era inútil.
El invierno fue crudo y la lucha despareja,
las opciones se habían acabado hacia tiempo.
Los días producían estragos en su piel al igual que las drogas,
su mundo adquirió nuevas dimensiones (casi insignificantes),
sus posibilidades se redujeron a dos canales en una pequeña pantalla
y las mismas charlas de siempre.


Cuando la primavera llego sus ojos no pudieron ver las flores,
los ataques de tos enturbiaban sus palabras
y sus manos oscurecidas temblaban de dolor.
Su débil humanidad intentaba descansar al saberse condenado.
Llegar al baño no era fácil, la calle se convirtió en un imposible,
caminar requería la constante presencia de una frío aparato
que le daba a sus pulmones el tan preciado oxigeno.
Pronto dejo de calzar zapatos,
pantuflas primero, bata después, visita con horario,
frialdad de hospital.

Cuando el verano llego y las fiestas fueron solo un recuerdo
su cuerpo dijo basta y las lagrimas inundaron los rostros
de todos lo que lo amaban y no entendían su partida.
Pudo haberse rendido antes pero soporto hasta el final,
sabiendo como iban a extrañarlo,
no podía darse el lujo de rendirse.
No fui a despedirlo, no quise ver ese cuerpo
que nada tenia que ver con la persona que conocí,
con el abuelo que me malcrió y que me enseño tanto,
con el abuelo al que quise.

Hoy camino helado en la noche,
el humo sale de mi boca y baila con el viento.
La idea de la renuncia se pasea por mi mente
y no termino de decidir nada.
Hoy camino en la noche y puedo verlo sentado en la mesa
con la mirada en la pared soñando con el añorado campo:
Animales por doquier, los peones preparan el asado,
y allí están todos, los hijos, los nietos, los hermanos…
La imagen se ilumina con claridad en mi mente
y ya no importa si es verdad,
cuando la veo no puedo evitar sonreír.

Fue palido

Fue pálido el ocaso
Y los ritmos que me hacían en la piel
esos dedos inquietos,
pero también había color en esas risas
y murmuraban sueños de bocas luz,
que derretían ese frío de tiempo en fuga,
ese tiempo que seguían los violines,
que bailaban las luciérnagas
en la oscuridad de despedida.

Fue pálido el ocaso
y los sueños que me hacían en el cuello
esos besos inquietos,
pero también había fuego en esos labios
y presagiaban vacío de luna sola,
en la noche en que el grito rompía la luz,
esa luz que llamaba a la huida,
que anunciaba el eterno retorno
a las decisiones equivocadas.

Cruzar la penumbra

Cruza la penumbra
niña de la piel de lechuza,
olvida las plumas
y tus garras de mar.
Deja atrás esa rama de espera
y elige tu destino:
Luz/oscuridad.

Cruza la penumbra
niña de la piel de león,
olvida tu hambre
y tus colmillos de muerte.
Deja atrás esa selva de sueños
y elige tu camino:
Día/noche.

Cruza la penumbra niña
y elige, hazlo ya.

Cuando quieras busca

Cuando quieras ver un ciego recóndito mar,
busca en tus recuerdos esta cara de duelo,
busca estas palabras que te dije en plenitud de los sentidos.
Cuando quieras ver una flor de hojas secas,
busca en tu mente esos minutos de tiempo con alas,
busca en tus sesos esas charlas de inconcreto placer.
Cuando quieras saber que aun existo,
busca esas ideas de luces negras y sueños verdes,
busca esos ritos de vino claro y humo amargo.
Cuando quieras,
busca…

No hay

No hay peor ciego…
Que el que cree ver.
No hay peor pesadilla…
Que la realidad llevada al extremo.
No hay peor despedida…
Que la que se palpita en el primer encuentro.
No hay peor tortura…
Que la ausencia de dolor o cualquier otra sensación.
No hay peor final…
Que este.

Aunque no quiera

El silencio me arranco las palabras
Que nunca quise decirme.
Hoy sentado en la calma
Donde nunca quise estar
Me asomo por la ventana
Y veo la tormenta elevarse
Descargando risitas inapropiadas.
Quise ser frío,
Mis dedos se congelaron
Y empecé a dudar de ese fuego
Que un día creí cierto en el fulgor de la piel.

miércoles, mayo 10, 2006

Tal vez todo es como debe ser

Sonámbulo la veo, sentada en su mesa,
escribiendo un poema, que habla del amor
de la felicidad, de los sueños.
Menciona el dolor, la tristeza, el vacío,
la piel, el cuerpo, el alma, el tiempo,
la distancia, las risas,
la luna, los ojos, las manos,
los pies.
En el poema hay un niño, un hombre
una mujer, un anciano, una duda, una flor,
un silencio…

Hoy imploro estar ahí,
leer ese poema,
abrazar a la poetisa,
entender la vida,
soportar la pena,
escribir otro poema que hable de lo mismo,
y volver a reír.
Aunque mi cuerpo tal vez no estará allí.
Haré todo eso desde la profundidad de mi mundo,
desde esta nueva soledad.
Porque en el azar nos encontramos
y allí no existen las equivocaciones ni los aciertos

Inexplicable

Garras filosas destruyendo mi belleza
Ojos insultantes reclamando:
¿Quieres libertad sin dolor?
¿Pretendes tener mil experiencias?
¿Crees que voy a permitirlo?

Garras filosas destruyendo mi deseo
Ojos piadosos consolando:
¿En serio crees que no vales nada?
¿Por qué no puedes verte en el espejo?
¿De verdad esto te parece tan trágico?

Ya no se pensar, no se que sentir.
Tanto dolor y tanta alegría junta
me mantienen despierto,
escribiéndome.

Carta al azar II

Dudo mucho que vuelva a confiar en el azar
Se burló de mi y me dejo tirado.
Sé muy bien que es imposible conocer sus intenciones
pero mi corazón siente las consecuencias de sus acciones.
Todo esta escrito y no puedo ver el libreto.
Pero hoy me robo mi única certeza, la única que necesito,
la única respuesta verdadera:
¿Vale la pena estar vivo?
Mi cabeza dice que si, pero otra parte de mi dice que no quiere sufrir,
las ataduras, las personas dicen que si, y me confunden.
Vuelvo caer al subsuelo, vuelvo a tener peso,
ingenuo volé sin mirar abajo, olvidando el tiempo
pero mis alas se gastaron, agujereadas me precipitaron
a las profundidades de mis miedos,
y vuelvo a ver el reloj burlón que me dice
que el tiempo de ser feliz no es ahora.
Hoy aquí inseguro, pequeño, vacío, reniego de lo que he creado
y vuelvo a perder mi reflejo,
ese que empezaba a aparecer difuso en el espejo…

Se que estoy vivo, y seguiré aquí, tengo un proyecto, un sueño,
que voy a cumplir desgarrando mi piel para que nadie mas la toque,
es una razón para vivir, sobrevivir, ser, estar,
sin embargo, siento que ya no puedo cobijarme en las alas del azar.
Ya no puedo dejar que me hagas daño,
porqué esta razón para vivir es muy débil.
No quiero alegrías, no quiero tristezas,
quiero cordura, quiero olvido, quiero…

Por eso estoy vivo, porque quiero, deseo,
aunque esos deseos solo sean ecos de los que me trajeron hasta acá,
aunque esos deseos sean mentiras que me quieren convencer
de que no hay nada malo en mi,
que este mundo también es mío,
que valgo algo, que todo este dolor no es en vano…

Querido y odiado azar a pesar de todo sigo estando a tu merced,
puedo escribir mil frases con la bronca en la voz,
pero no puedo escaparme de la idea de que todo es como debe ser.
Hoy puedo renegar de vos, puedo temerte, pero mañana será un nuevo día,
tal vez, remiende mis alas e intente volar de nuevo…

PD: En el fondo de este pozo creo ver una posible razón para todo esto,
tal vez lo que yo considero una burla o un maldición,
en realidad fue un regalo:
Porque ahora se que no estoy solo, aunque mi piel ya no sienta nada.

Amargo

Roto, descocido, sin arreglo.
Decepción, amargura, tristeza.
Simple destino,
sabiduría nueva,
hermosa experiencia
horrible moraleja.

El sentimiento se frustra,
la piel se aparta de ese juego
llamado amor, llamado deseo.
Vuelven las inseguridades, y se multiplican.
Me puedo ver nuevamente en el suelo,
allí no se sufre, ni se goza,
es tan seguro que duele,
está tan vacío que quema,
es mi infierno personal.
Mi hogar

De nuevo frente al espejo

Me paré frente al espejo y me quedé allí,
inmóvil con los ojos cerrados.
Sabía lo que vería, una cucaracha, un insecto,
un punto aparte en una hoja en blanco…
No importa cómo me vea el mundo, yo me veo así,
y no hay resguardo contra esa visión.
Rompí mi espejo y corte mis muñecas con los pedazos.
No sentí nada, ya no hay placer masoca en mi,
no hay nada en mi ser que me diga: inténtelo de nuevo
intente ser feliz, no se rinda, hay mil amores esperando.
No hay tal voz en mí, el olvido se aproxima lentamente,
el letargo cierra mis ojos,
y mi piel me pide a gritos que no la involucre:
No mezcles tus sentimientos con tus sensaciones,
no me des si vas a quitarme.
Si quieres sentir, siente, pero hazlo en tu cabeza,
no arriesgues el cuerpo en esos juegos,
si quieres seguir vivo, no arriesgues más.

Sintiendo

Frió hermético,
diluido en dolor,
sazonado con miedo,
perfumado con bronca,
escrito con lágrimas,
leído por dudas.
Despojos productos del insomnio,
de la sed de unos labios resecos,
y la garganta ardiente,
gritándole a los oídos que no oyen,
a los ojos que miran adelante,
dejando el peso en el camino,
un bulto inútil, pequeño, insignificante

martes, mayo 09, 2006

Reservaba estas frases
para un día como hoy:
Cardos en la boca,
uñas en los ojos,
heridas en los dedos de los pies,
agujas en el corazón.
El alma tajeada,
sin cicatrizar.

Las flores muertas

Las flores quietas, impasibles ante el viento
piden piedad a los pies guerreros
que avanzan coléricos por el campo,
sus voces imperceptibles
se pierden en el aire.

Las flores mueren y riegan la tierra
con su perfume agridulce
como el sabor en la boca
como las risas en la espalda.

Las flores mueren,
y su muerte es hermosa,
más bella que el nacimiento de un pájaro,
casi tan bella como la caída del sol.

Mientras, los pies guerreros siguen avanzando,
Sin saber que han creado arte,
el terrible arte de la muerte en vano.
Tal vez algún niño se detenga en el camino y al ver
las orquídeas agonizantes, los claveles heridos
y las amapolas muertas,
deje correr una lagrima por sus mejillas.
Tal vez, su mirada no baje hasta el suelo
y el niño pase por allí
sin percibir la belleza del final,
sonriendo, ajeno al dolor de la vida.

Tan locos como yo, tan locos como vos...

Chillidos, sollozos, suspiros, gimoteos, frenesí.
Allí están los absurdos, disparatados, irracionales.
Buscando elevación, éxtasis.
En el pasillo se oyen voces, gruñidos, lamentos,
productos de la demencia, enajenación, paranoia,
esquizofrenia.
Ellos son los desequilibrados, trastornados, chiflados:
Tan apasionados, imprudentes, nerviosos, inquietos,
ardientes.
Tan asustados, pacientes, sufridos, dóciles, sumisos, mansos,
o por lo menos domesticables, resignados.

Allí reina el caos, desconcierto, desorden
Mundo de los excéntricos, locos, desafortunados,
incomprendidos, postergados, olvidados.

Es patético, gris, melancólico,
advertirlos apenados, asfixiados, abatidos, vencidos, subyugados
Nunca dejaron de soñar, fantasear, idealizar, crear, poetizar, elevar.
Pero este mundo los obliga a callar,
con comprimidos, capsulas, pastillas, píldoras.
Se los quiere sedar, narcotizar, atontar, anestesiar,
desorientar, confundir, aturdir, ofuscar, distraer,
engañar.
Parece qué Dios no les guardo un lugar,
por eso, algunos, quieren remediar,
reformar, enmendar, corregir, curar.

Cortar, seccionar, eliminar…

Pero no importa lo que hagan
esos “algunos” .
Pueden negar, ocultar, esconder, disimular.
Hasta se pueden escapar,
pero en el fondo, ellos saben que
esos seres de los que huyen son…

Tan locos como ellos…

Tan locos como yo…

Tan locos como vos…