lunes, junio 26, 2006

Entre ellos

¿Cómo no entenderlos?
Si casi puedo verme entre ellos,
incrédulos.
Otrora, supuestos dueños de la luz,
hoy se escurren en cavernosa soledad.
La noche cerro sus garras
y los encontró desvalidos/entregados.
Claman a gritos la esperanza negada;
retozan en parajes alejados de su deseo;
piden, reclaman, exigen
y ponen cara de limosna.

¿Cómo no temer el mañana?
Si casi puedo verme entre ellos
vaciado.
Sabiéndome esclavo de la ausencia,
con los huesos fríos
Y los besos entumecidos.
Relegado a recuerdos (o menos).
Insultando a las deidades
aun siendo culpable de mi ruina;
temblando, esperando, negando
y poniendo cara de exilio.

miércoles, junio 21, 2006

----------------------------Infierno---------------------------

Llamas, llamas, llamas...
Solo veo llamas a mi alrededor.
No calientan, no dan luz,
solo queman mi piel, la destruyen.
Intento gritar pero mi voz ya no existe,
igual no hay quien la oiga.
Ritos de sangre,
no existe un dios para adorar,
ni un infierno al que temer.
El averno esta en mis ojos,
en mis manos,
en mi estúpida y cobarde mente.
en mi calculadora y fría existencia.
en mi inútil e insignificante paso por el mundo.
No puedo decir nada que no haya sido dicho antes
por los horrendos condenados de la mediocridad
y el destino es incierto
pero tan asquerosamente opaco,
como la carne de un cadáver maloliente,
como el sudor de un asesino de esperanzas,
como la risa de una hiena devorando mis tripas.
Odio
me odio, me odio, me odio,
este es mi infierno, yo soy su arquitecto.
Soy el creador de las torturas de mi mente,
soy el horrible rostro en el espejo,
soy el hacedor de las dudas,
soy el que vive para sufrir,
soy el que ama para sufrir,
soy el sufrimiento,
soy el miedo,
soy el dolor,
solo dolor.

lunes, junio 05, 2006

Perdido de vida

Me perdí en la bienvenida
(que era su cuello)
y aspirando su esencia
mi nariz sintió vida.

Me perdí en el refugio
(que era su pecho)
y oyendo sus latidos
mis oídos sintieron vida

Me perdí en el carnaval
(que era su risa)
y mirando su regocijo
mis ojos sintieron vida.

Me perdí en la marea
(que era su boca)
y bebiendo su dulzor
mis labios sintieron vida

Me perdí en la despedida
(que era su espalda)
y acariciando sus espinas
mis dedos sintieron vida…

Me perdí cien veces
en el sueño de su cuerpo
y abrazando su alma…
Sentí vida.