Presente
Los sueños aquí y ahora
martillan sin gemir.
Porque el absurdo amanecer
equivocó su hora
y se nos vino tarde
a rozarnos la piel.
Entró sin lujo ni piedad
por la única ventana
que olvidamos cerrar.
Hoy la duda aprieta
como soga al cuello
y el abismo se oculta
como futuro errante
donde resguardarse
del pesado olvido,
que olvidó
al lejano orgasmo,
que saqueo al vacío
dejándolo vacío.
martillan sin gemir.
Porque el absurdo amanecer
equivocó su hora
y se nos vino tarde
a rozarnos la piel.
Entró sin lujo ni piedad
por la única ventana
que olvidamos cerrar.
Hoy la duda aprieta
como soga al cuello
y el abismo se oculta
como futuro errante
donde resguardarse
del pesado olvido,
que olvidó
al lejano orgasmo,
que saqueo al vacío
dejándolo vacío.